:24:04
Qué bueno estar juntos de nuevo.
Como en los viejos tiempos.
:24:08
Los viejos tiempos.
:24:12
Paul, mira las perlas que Émile
me compró cuando fuimos a Italia.
:24:19
- Albert.
- ¿Sí, monsieur?
:24:21
Asegúrese de haber cerrado
bien las ventanas.
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- Émile. Aún temes a la corrientes.
- Me afectan el pecho.
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Siempre fuiste fuerte
como un toro. Y aún es así.
:24:35
Paul, siempre...
Sabes, quiero mostrarte algo.
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Mira esta extraordinaria
obra en madera.
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La encontré en Lodi,
es una verdadera obra de arte.
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Y... Ah... te mostraré algo
que te asombrará.
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Encontré algo que muchos
quisieran hallar...
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...pero casi nadie lo logra.
Te dejará sin respiración.
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Es una exquisita mayólica.
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La encontré en una tiendita
de un barrio de Venecia.
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El trabajo de...
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- Siéntate, Paul.
- No, debo marcharme.
:25:15
- Debo decirte adiós.
- ¿Adiós?
:25:17
Sí. Me marcho al sur,
regreso al campo.
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No puedes hacer eso, hombre.
París es el centro...
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París no tiene nada para mí ya.
:25:30
Vamos, Paul.
:25:33
Somos viejos amigos.
:25:35
Dilo. ¿Qué ocurre?
:25:38
- ¿De veras quieres que te diga?
- Por supuesto.
:25:42
Eres muy rico ahora,
mundialmente famoso...
:25:45
...miembro de la Legión de Honor.
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Eres un hombre muy distinto
al que empezó conmigo en esa buhardilla.
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Y gritabas...
:25:57
"Quememos los libros
de los hipócritas...