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agarra los bordes de la tierra
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el sol se queda en tinieblas,
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¡Oh, cómo tiembla
el alma de los hombres
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cuando el Señor de los cielos
administra justicia!
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Su sentencia se anuncia
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a través de asombrosos sones
de trombón.
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Este día tan hermoso, fue Marta
la de Herlof felizmente quemada.
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In majorem gloriam Dei.
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Dios mío, te ruego de todo corazón,
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ven a mi amparo
en mi miseria extrema.
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He sido un siervo fiel,
cumpliendo tus mandamientos,
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pero ahora una duda profunda roe
en lo más profundo de mi alma
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y la hace temblar.
Señor, alúmbrame el camino.
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Haz que salga de esta oscuridad.
¡Atiende a mi ruego, oh, mi Dios!
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¿Quieres hablarme?
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Sí.