:24:10
Steve, si supieras
cuántas veces por día pienso en ti.
:24:13
¿Cómo estás? ¿Cuándo regresaste?
:24:16
¿Por qué no respondiste mi carta?
:24:19
¿Tu carta? Sí.
:24:21
- La recibiste, ¿no es verdad?
- Sí, la recibí.
:24:23
- ¿Por qué no me escribiste?
- Pues, yo...
:24:26
Supongo que no tenía nada para decir.
:24:30
Los hombres no escribimos
si no tenemos nada para decir.
:24:33
- ¿Cuándo regresaste?
- Hace un par de días.
:24:36
- No sé. Una semana.
- Una semana, ¿y no me llamaste?
:24:42
¿ Viniste aquí esta noche para verme?
¿Por eso estás aquí?
:24:47
- Sólo pasaba por aquí.
- ¡Tan fácil!
:24:50
Vi este lugar y se me ocurrió
entrar a echar un vistazo.
:24:53
Supongo que supe que te vería.
:24:55
Cómo nos divertíamos
en este lugar, ¿recuerdas?
:24:58
- Qué buenos momentos pasamos juntos.
- Sí.
:25:01
- Y cuánto peleamos.
- Las peleas que tuvimos.
:25:05
Caray, no parábamos de pelear.
:25:07
¿Por qué teníamos que pelear?
Era una locura.
:25:10
Nos amábamos, ¿verdad?
:25:12
Nadie pelea con alguien
a quien no quiere. No es divertido.
:25:16
Después, nos reconciliábamos.
:25:18
Nos reconciliábamos.
:25:20
Qué buenos tiempos,
¿no es verdad, Steve?
:25:23
Era la mejor parte, creo.
Cuando nos reconciliábamos.
:25:30
Perdón. Estás sentado en mi silla.
:25:35
¿Estás saliendo con él?
:25:37
Steve, él es Slim Dundee.
:25:39
Lo conozco. Es muy conocido.
:25:41
- Steve Thompson.
- ¿Quieres acompañarnos?
:25:45
No. Nos encontramos de casualidad
y me detuve a saludar. Nada más.
:25:48
- Hasta luego.
- Espera, Steve.
:25:51
- ¿Qué?
- Me llamarás, ¿no es verdad?
:25:53
Seguro. Seguramente volveremos
a encontrarnos. ¿Por qué no?