:11:02
Es aquella de quien
te hablé.
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- No me dijiste que se llamaba Toctoc.
- Se llama Lina.
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- Está un poco chiflada.
- Ya me lo figuraba.
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- ¿Diga?
- ¡Vencimos!
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- Deja eso.
- Un momento, Lina.
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No puedo vivir
con una extraña.
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Sólo le diré que venga a verte.
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Si no te gusta, nada.
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- ¿Es distinguida?
- Sí.
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Ha salido tres veces
en la mejor revista de moda.
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- ¿Saca partido de sus cualidades?
- Vamos a ver enseguida.
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- ¿Cuánto dinero tienes?
- 25 centavos.
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Párate en el camino y compra
unos víveres para el almuerzo.
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- ¿Cuántos somos?
- Tres.
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Justo el tiempo
de ponerme un vestido.
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¡Una buena participación
para un negocio de un millón!
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Quién sabe. Es capaz de hacer
milagros con esa cantidad.
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No sé cómo darle las gracias.
Qué vergüenza.
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No tiene por qué avergonzarse.
Cualquiera puede salir sin dinero.
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- Hola, preciosa.
- Hola, pasen enseguida.
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Le conocí donde entré a comprar
los víveres. ¿Su nombre era?
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Tom Brookman.
B- R-O-O-K-M-A-N.
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Mi amiga, Pola Debevoise.
Y la Srta. Page, ¿no es eso?
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- Sra. Page.
- Ha tenido mucha gracia.
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Encargaba unos macarrones
cuando oí decir a la señorita...
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- Puede dejarlo todo aquí.
- ¿Lo llevo a la cocina?
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- Mejor no, al cocinero no le agrada.
- ¿De veras?
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- Gracias.
- Había pensado...
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Cualquier otro día.
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- Pero no sé su número.
- Viene en la guía.
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- Muchas gracias, Sr. Brookman.
- No recuerdo su nombre.
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Creía que le invitaríais
a almorzar.
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La 1 ª regla es que los caballeros
usen corbata.