:52:15
¿Sigue ahí el tribuno Galio?
:52:18
Lleva dos horas hablando.
:52:20
- ¿Y?
- Un caso perdido. Sin remedio.
:52:31
¿El Hijo de Dios?
:52:34
¿Qué dios?
:52:37
No lo sé, césar.
:52:39
No lo sé.
:52:41
¿ Y perdiste la razón
cuando te miró?
:52:43
No.
:52:44
Fue más tarde, cuando
me puse la túnica.
:52:50
Milagros, discípulos,
esclavos que se fugan...
:52:56
Legionarios romanos
que fraternizan con los nativos...
:53:00
Bueno, nada nos afecta
por el momento.
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Debemos sanarte.
¿Qué dicen los hombres de ciencia?
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Es un caso dificil, césar.
Bajo mis cuidados...
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- No mejoraría.
- ¿Quién te ha dado permiso para hablar?
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La clave de la cordura
de este hombre no está en la medicina.
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- ¿Dónde, pues?
- En la túnica que lo embrujó.
:53:23
- Continúa.
- La túnica estaba maldita.
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La única solución es encontrarla
y destruirla.
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Una idea interesante.
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Tiene razón, césar. Está en lo cierto.
La túnica estaba embrujada.
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- Déjame encontrarla, destruirla.
- Si lo haces, recuperarás la razón.
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¿Una túnica perdida
en manos de un esclavo fugado?
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- ¿Qué posibilidades tienes?
- No habrá ido lejos.
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Debe de seguir en Palestina,
con otros seguidores del hombre que murió.
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Tenía discípulos.
Lo dice el mensaje de Pilato.
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¿Quién sabe qué poderes
habrá dejado a esos discípulos?
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Fórmulas mágicas, pociones...
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- Ten cuidado.
- Está muerto, Dodinio.