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Discúlpeme.
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¡Miren, sandía!
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En el esplendor de ojos oscuros
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Donde la tibia luz
Prefiere anidarse
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Miradas cansadas
Pero igual de tiernas
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Dicen su tierno adiós
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Días como éste
me recuerdan...
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...de cuando era una muchacha.
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De cosas en las que
no he pensado en mucho...
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...mucho tiempo.
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Vamos, Helen.
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Flo...
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...jamás sabrás lo que significa
para mí que seas mi vecina.
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Y el ver a tus dos hijas
crecer.
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Eso suaviza las penas.
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Vamos, Helen.
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¿Dónde están los demás?
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¿Acaso no lo recuerdas, Flo?
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En una velada campestre...
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...todos desaparecen.
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Mira esa puesta de sol, Howard.
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Es cierto que los crepúsculos
son hermosos.