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Aquí está.
El lugar que siempre recordé.
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El patio donde jugábamos
al cambio de guardia.
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El techo desde donde tirábamos
piedras a la gente.
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-Nos portábamos mal, ¿no?
-Eran buenos chicos.
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Yo volvería a esos tiempos.
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Aquí está. Nada ha cambiado.
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Aparte de la fuente.
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-El viejo pozo se secaba, ¿recuerdas?
-Cada verano en punto.
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-Una nueva fuente y una nueva Tirzah.
-Creciste.
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No ha cambiado, ¿verdad, madre?
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Claro que sí. Era un niño cuando
nos dejó. Ahora es un hombre...
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...con grandes responsabilidades.
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Ven.
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El emperador construye sin parar.
Convierte los ladrillos en mármol.
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Casi me olvido. Te traje esto.
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Jamás vi nada semejante.
Es hermoso. ¿Es romano?
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Es de Libia.
Ahí estaba el año pasado.
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Una campaña tremenda.
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Nos enfrentamos a sus ejércitos en la
costa y tras dos días de luchas huyeron.
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Entramos en la capital.
Una ciudad fascinante...
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...hasta que la destruimos.
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Ahora no es más que cenizas.
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Los aburro con
mis historias de soldados.
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Ven, Messala.
Hay algo que te quiero mostrar.
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Gracias por esto.
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Escogí el regalo adecuado
para ti. Es un broche de mujer.
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¿Qué te parece?
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Magnífico.