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El Alto Comisionado
Británico para Palestina.
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Han transformado toda un ala del hotel
en el cuartel central británico.
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¿Mo se siente expuesto aquí?
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-Estoy tan seguro como
en cualquier otra parte.
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Además, ya pasé 14 meses en prisión.
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Hábleme de usted. ¿De dónde viene?
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De ningún lado. Soy un sabra.
Un nativo de Palestina.
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Mi padre nació en Rusia.
Tiene una granja cerca de Moshav Yad El.
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-¿Le gustan las granjas?
-Me crié en una granja.
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Me gustaría mostrarle la nuestra.
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Eso no será fácil.
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Alquilé un auto para ir mañana
a Gan Dafna a visitar a Karen.
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Eso es unos pocos kilómetros
después de Yad El.
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Yo iré allí mañana por la mañana.
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¿La conozco lo suficiente
como para pedirle que me lleve?
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Creo que sí.
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-Mi nombre es Kitty.
-Yo soy Ari.
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Gracias.
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Le enseñaré un brindis hebreo. ¡L'chaim!
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Ya lo conocía. Por la vida.
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¡Qué bien!
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Un año es mucho tiempo
en la vida de una mujer hermosa.
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¿Ha encontrado a otro hombre?
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-Mada serio aún.
-¿Por qué no?
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Por varias razones.
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Una de ellas es que el trabajo
de mi marido ocupaba toda su vida.
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Supongo que eso es bueno,
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o al menos casi todos
los hombres así lo creen.
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Pero yo siento que un hombre que no tiene
más que su trabajo, es un hombre a medias.
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¿Y usted quiere un hombre entero?
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Exacto.
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La otra mitad de su vida debe ser una mujer.
¿Qué más, si no?
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¿Qué más?
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Discúlpeme, señor. Lo llaman por teléfono.
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Discúlpeme. Mo tardaré.