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¡Desenvainad
o saldréis por la ventana!
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¿Qué?
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Vuestro honor está en entredicho.
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Te perdono por tener
relaciones con la nobleza.
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Sólo me he tratado
al que está junto a ti.
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No deberíais haberos batido en duelo.
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tened cuidado, señor, vos también
empuñáis una espada.
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Oh, López, ¿por qué tuviste
que elegir a la Señorita Moro?
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Pero erais vos quien estaba
arrodillado a sus pies no hace mucho.
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El castigo, Señor Gaspar Suárez,
siempre se acomoda al crimen.
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Si su hijo acepta la mano de mi hija,
sería un honor.
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Aunque eligió presentarse por la ventana,
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sus acciones están, sin duda,
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por encima del motivo de rencor
que suponen los dos millones
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Los acepto pues, a condición de que
yo pueda añadir otros dos millones,
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y dárselos a vuestro hijo
junto con la mano de mi hija.
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Habéis hecho un gran trabajo.
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Bien hecho,
bien hecho, señor.
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No es difícil deducir cómo acabó.