:11:01
Señores:
:11:03
No vuelvan a buscarme para dirimir
cuestiones de honor que valen tan poco.
:11:16
¡Tonto! ¡Toma!
:11:20
¡Idiota el que llegue el primero!
:11:31
Pase señorita, pase.
:11:32
Ya sé que la madre de Saturno
sirve en la casa de ustedes.
:11:37
¡Huele muy bien!
:11:39
Hice unas migas,
¿quiere usted probarlas, señorita?
:11:41
Siempre me han gustado las migas;
probaré unas pocas.
:11:44
Agarre usted un plato.
:11:53
Es plato de pobres, pero usted sabrá disculpar.
:11:56
Si hubiera sabido que venían
les hubiera echado un poco de chorizo.
:11:59
¿Quiere usted un huevo frito?
:12:00
No, gracias. Tengo que comer en mi casa.
:12:06
No conocía el campanario, y como Saturno
:12:08
es amigo de su hijo y hoy es un día de fiesta
:12:11
quise venir con ellos a oír las campanas.
:12:14
Esos no oyen ni el cañón del 42.
:12:21
¡Qué hermosa vista tiene aquí fuera!
:12:24
Es una suerte poder ver eso.
:12:26
Aquí arriba debe sentirse usted muy importante;
:12:28
Es como si dominase el mundo.
:12:30
No. A fuerza de ver siempre
lo mismo, uno ya ni se fija.
:12:33
Además, eso de importante... Menos que un gato.
:12:36
Antes sí que éramos importantes,
pero hoy en día... ¡Bah!
:12:39
¿Y por qué ya no?
:12:41
Mire usted señorita, en los tiempos
aquellos de mucha religión,
:12:44
la gente sabía las cosas
por las campanas y las obedecía.
:12:47
Había toque de agonía, toque de muerto
:12:50
el de fuego, bandeos de gloria,
:12:53
llamada a misa y repiques de gran devoción.
:12:57
La gente oía y allí iban a visitar
al agonizante, a enterrar al muerto,