:26:02
El Infierno aún no ha visto
ni el Cielo jamás ha creado...
:26:05
...a aquéI que
me gane en combate.
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Está bien.
:26:10
Vamos, Alteza.
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Encontraremos un lugar
donde repararlo.
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Un caballero no debe
plañirse de sus heridas...
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...aún que se le caigan
las entrañas.
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Pero podríamos encontrar
la sala de un gran Señor.
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- ¡Escucha!
- ¿Qué?
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Una trompeta que
anuncia mi Ilegada.
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¡Ahí! En ese lugar.
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- ¿Dónde?
- El castillo.
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- ¿Castillo?
- Entre rocas en las montañas.
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- ¿Montañas?
- Y banderas.
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Las valientes banderas
desplegadas en el viento.
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Toca tu trompeta.
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Que un enano se suba
a los almenajes...
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...y anuncie nuestra presencia.
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- Pero no veo ningún castillo.
- ¿Cómo?
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- Bueno, veo algo.
- ¿Qué?
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- Parece un hostal.
- ¿Un hostal?
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Un hostal. Ahí repararemos.
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Iremos al puente levadizo
más allá del castillo...
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...y ahí mi visión
tal vez lo mejore.
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...y ahí mi visión
tal vez lo mejore.
:27:13
La realidad.
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Para Sancho, un hostal.
Para Don Quijote, un castillo.
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Para otro, otra cosa.
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Para tener las cosas claras
digamos que Sancho tiene razón.
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- Un hostal.
- ¡Un hostal!
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El Gobernador,
un amable hostelero.
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Un guardador de
prostíbulos, por ejemplo.
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Y su esposa, menos amable.
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Correcto. Un matrimonlo
de conveniencia.
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- ¡Dlos nos libre!
- ¡Entrenadores de mulas!
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¡Hombres duros! Muchos
kilómetros todos los días.
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Y un hombre que
los dirige. Pedro.
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- ¿Pedro?
- Pedro.
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Y para los hombres...
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...mujeres hermosas que
cambian placer por provecho.
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¡Fermina!
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Y una muy peculiar...