:09:01
¡Oh, Dios mío,
eso era batear!
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Claro que él era zurdo.
¡Y Casey!
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Por Dios, Hugh Casey saliendo
del banquillo, mascando tabaco.
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Qué maravilla.
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Salía a jugar
bajo aquella presión...
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y te hacía un lanzamiento
que se salía del estadio.
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Y si estaba bajo de forma
te mandaba la pelota hasta la base.
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¡Por Dios,
esos sí que eran grandes!
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Grandes de verdad.
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¿Harry?
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¿Qué?
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Ve a ver al Dr. Frankfurter.
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Frankfurter sería
un incapaz bateando.
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- Hipnosis, necesitas hipnosis.
- Y una leche.
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Se valen mucho
de los sueños.
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- Algo te preocupa.
- Nada le preocupa a Pete el cubano.
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- Algo te preocupa.
- No sé porqué.
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Total, sólo levantarme
de la cama ya me cuesta 200 dólares.
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- ¿200 al día?
- Eso dice mi contable...
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en conjunto, 200 diarios,
entre impuestos, seguros...
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los coches, el jardinero,
el que limpia la piscina...
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y los que podan los árboles,
por el amor de Dios.
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Luego están Carmela, los pagos
de la hipoteca, el colegio suizo...
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Doscientos dólares al día.
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Y en la fábrica, ésa es otra.
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Hay que financiar la nueva
colección y escasea el dinero.
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Hay que pagar la maquinaria,
y también las nóminas.
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Y puede que nos auditen.
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- ¿Que os auditen, porqué?
- El año pasado...
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hicimos algunos apaños
en los libros de cuentas.
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- ¿Y qué dice Phil?
- Está preocupado.