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¡No se ría del Raisuli!
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Vete a Zinat.
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Corta el meñique de una mujer.
Dáselo a los americanos...
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...y diles que es
de la Sra. Pedecaris.
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Y di que el Raisuli tiene paciencia,
pero no infinita.
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Ese presidente, ese Roosevelt...
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...¿no siente respeto
por la vida humana?
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¿Qué trae, coronel?
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Un venado y un puma.
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- ¿Ya sabe lo del oso?
- Era enorme, he oído.
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¿Café, Sr. Presidente?
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¿Ése es el oso?
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Sí, atacó a los caballos
al amanecer.
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Sabía que los hombres dormían
y eran débiles.
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Hirió gravemente a un indio.
Y mató varios caballos.
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¿Participó en la caza del oso?
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Sí, lamento decirlo.
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- ¿Por qué lo lamenta, Presidente?
- Es una criatura admirable.
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Y éste es su valle.
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Le pertenecía, y nosotros
somos intrusos.
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Estamos acostumbrados
a ver huir a los animales.
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El oso pardo americano
no teme a nada...
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...ni al hombre,
al fusil o a la muerte.