:40:03
- ¿Cómo va eso?
- Enseguida estoy.
:40:19
- Le llevaré unas flores.
- Buena idea.
:40:22
Sabe, he tenido suerte yendo a parar
al lado de su habitación.
:40:24
Ya sabe el dicho ¿no?
:40:28
Le prometo que después de esto
no le causaré más problemas.
:40:31
Délo por seguro.
:40:47
¿A qué vienen tantos policías?
¿Qué hacen ahí?
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Despilfarrar el dinero
de los contribuyentes.
:40:52
Y todo eso es sólo para proteger
a un maldito soplón.
:40:56
Ohh, si. Lo oí en las noticias
por la televisión.
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Una vez fuera de la ciudad está a unas
7 millas por la carretera de Elsinore.
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Perfecto.
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¿Puedo hacerle una pregunta?
Ni siquiera se como se llama.
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- Trabucco.
- Trabucco. ¿Qué clase de nombre es ese?
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Mi madre era turca y mi padre brasileño,
y yo nací en Detroit.
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- Es curioso.
- Si, bastante.
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¿Se ha casado alguna vez?
Señor Trabucco.
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Una, pero me deshice de ella.
Ahora sólo las alquilo.
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¿Por qué se deshizo de ella?
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Porque no paraba de tocarme las narices.
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Tenía la virtud de tocarme siempre las
narices metiéndose en mis asuntos.
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Ya he conocido personas así.
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¿Y en qué trabaja usted?
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Control de bicharracos.
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Como hormigas, cucarachas, termitas...
:41:49
Si, algo así. Los pulverizo,
los enveneno, les disparo...
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¿Dispara a las termitas?
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Disparo a los coyotes, a las mofetas,
a las ratas...
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Si, supongo que alguien
tiene que hacerlo.