Quella villa accanto al cimitero
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He perdido toda
perspectiva crítica.

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Las señales.
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Las advertencias de esta casa,
la casa de los Freudstein.

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Ese llanto angustiado,
y Sheila se ríe.

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¿Qué puedo hacer
para que ella me crea?

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Tal vez estoy demente.
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Sí, todo esto es irreal.
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La casa Freudstein, me
arrastra con un imán infernal,

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y me asusta.
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¿Cuántos, inocentemente, habrán
caído en esta mortífera telaraña?

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¿Cuántos más estarán
condenados a caer?

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El hedor de los cuartos
me aterra,

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y me atrae.
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¡El hedor de la sangre!
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¿Cuántos más habrán de venir?
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Directo a las profundidades
de este misterio. ¡Quiero saber!

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Saber lo peor...
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Directo...
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Descubrir...
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¡Descubrir!
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Freudstein.
Su voz...

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¿Es esa su voz?
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Sangre...
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¡Sangre!
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No sólo sangre.
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¡Su voz!
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¡La oigo ahora!
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¡La oigo!
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¡La oigo en todas partes!

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