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Bien, Rose... La noche pasada
hubo algo que me despertó.
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También a la Sra. Hillyer,
y a los niños. ¿Y a ti?
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¿También te despertaste?
:02:27
Sí... escuché voces extrañas.
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¿Voces extrañas?
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Rose, deja ya de hacerte la tonta.
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No me hago la tonta, señor.
De veras que no.
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Esos hombres estaban peleando
por una mujer de esta casa,
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y no era Dolly ni la Sra. Hillyer.
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Bien, es que...
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No los conozco. Son extraños.
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Querido.
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Me parece que Rose no se siente bien.
Creo que tiene fiebre.
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Yo no tengo la culpa
de que la chica esté enferma.
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Rose, si tengo que levantarme
en medio de la noche, para defender
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mi casa de dos sinvergüenzas...
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No eran sinvergüenzas,
eran dos muchachos normales.
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Amigos de Rose.
¿Por qué no puede tener amigos?
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¿No crees que es un ser humano,
lo mismo que tú?
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Un momento, querida.
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Yo no quiero que ninguna jovencita
que viva en mi casa
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ande sin rumbo por la noche
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encontrándose con orangutanes
para hablar de la política económica.
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No quiero hablar más del tema.
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Estamos conversando en serio,
y tú hablas de orangutanes.
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Querida, por favor.
Luchadores salvajes, si prefieres.
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El sur, eso es, con sus horribles
tradiciones de esclavitud