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¡Dios santo todopoderoso!
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¡Qué calamidad!
Ahora sí que no la van a emplear.
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Pobrecita. No llores, corazón.
Nadie es perfecto.
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¿Quién es el padre, tesoro?
- Bien...
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Sé que es embarazoso, pero...
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¿a quién te has entregado, querida?
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Sra. Hillyer, es difícil decirlo...
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Esas preguntas no llevan a nada.
El problema es: ¿qué hacemos ahora?
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Por eso pregunto por el padre.
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Es lo más importante. ¿Quién es?
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Ya te ha dicho que no sabe.
- Tiene que saber, a menos que...
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A menos que...
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Rose, ¿hubo más de una persona?
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Ahora no puedo pensar claramente...
- No deberías actuar de esa manera.
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Lo sé. Pero de hecho no ha sido así.
Hubo sólo uno,
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pero ya no está en la ciudad
y no me ha dejado su dirección.
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¿No ha dejado la dirección?
¡Un momento! ¡Un momento!
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Del susto casi se me olvida algo:
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Rose está mintiendo.
Está tan embarazada como yo.
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¡Estoy embarazada!
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¡No lo estás!
- ¡Sí lo estoy!
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Dinos por qué crees que lo estás.
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Hace tres meses que no tengo la regla
y mi vientre está cada vez más grande.
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No te creo.
- Pero así es, Sr. Hillyer.
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Bien...
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Te has desvestido bastante a menudo.
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Levántate el vestido y vemos.
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¡Querido!