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Llámame mañana y
charlaremos. Disculpa.
:28:11
Mira.
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- Piernas de adolescente.
- ¿Para qué te sirven?
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- Ya querrías tener unas piernas así.
- ¿Para qué?
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Soy famosa por mis piernas.
¿Por qué no exhibirlas?
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- ¿Vas a salir?
- Por supuesto que no.
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- ¿Quién es?
- No lo sé.
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- Si es alguien, dile que entre.
- ¡Aún no sé quién es!
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- ¿Qué haces aquí?
- He venido a verte.
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No entres, mamá está aquí.
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- ¿Quién es?
- Voy a salir.
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¡Hola!
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- ¿Está todo bien, querida?
- ¡Déjame y entra en casa!
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Esto no ha cambiado mucho.
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- ¿Tu madre ha venido por aquí?
- Vino el domingo, después de la misa.
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- No has tardado en desordenarlo.
- No me molestará más.
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¡Ya eres una adulto!
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Ella debería hablar con mi madre.
Seguro que la echas de menos.
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Puedo vivir sin ella,
seguro que sí.
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Entiendo.
Estamos mejor sin ellas.
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Mira...
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- Lo siento mucho ¿sabes?
- Puede ser.
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- No me creas.
- No lo creo.
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Sí, lo crees, tonto.
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- Te he echado de menos.
- ¿Cuánto?