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¡Mateo!
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¡Vamos, hombre! ¡Déjate de juegos!
:39:39
¿ Danny?
:39:52
- Sí.
- ¿ Estás bien?
:39:57
- Estoy bien. No lo encontré.
- ¡Qué tranquilizador!
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- Esto es todo.
- ¿ Es lo que encontraste?
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- ¿ Qué demonios es eso?
- Piel de anaconda.
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- ¿ Tan grande?
- Tiene unos cuatro años.
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Ya habrá crecido. Una cosa como ésta
se ha comido a nuestro capitán.
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- Las serpientes no comen humanos.
- ¿ Ah, no?
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Son máquinas asesinas.
Tienen sensores de calor.
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Un cuerpo caliente como el de Mateo
no fue difícil de encontrar.
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Envuelven a la presa.
Con más fuerza que un amante.
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Oyes tus propios huesos romperse
antes de que te exploten las venas.
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- Seguramente Mateo se ha perdido.
- ¡Despierta!