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Damas y caballeros.
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Desgraciadamente, mi esposo
tuvo que atender otros asuntos.
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Entonces...
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...es mi deber...
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Presentarles al Conde
de Monte-Cristo otra vez.
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Tuve la audacia de
insistirle al conde...
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...que me dejará hacer el
brindis de cumpleaños de Albert.
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Fui tan insistente
y mi anfitrión tan cortés...
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...de renunciar a
su derecho paterno...
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...para complacer a un invitado.
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Incluso uno tan aburrido
como yo.
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El joven Albert
ha hablado demasiado...
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...sobre la ayuda
que le di en Roma.
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Cuando llegué a
las catacumbas...
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...vi como los criminales ataron
a Albert un muro...
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...lo amenazaron de cortarle
el dedo...
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...para enviárselo a su padre
como prueba de su rapto.
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La respuesta del chico
a todo esto fue...
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..."Hagan lo que quieran".
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La vida es una tormenta,
mi joven amigo.
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Un día estás sentado
bajo el sol...
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...y al día siguiente la marea
te lanza contra las rocas.
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Lo que te convierte en hombre...
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...es lo que haces
cuando viene la tormenta.
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Debes enfrentar a la tormenta...
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...y gritar como
lo hiciste en Roma...
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..."Hagan lo que quieran".
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"Porque yo haré lo mismo".
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Entonces el destino te conocerá
como nosotros te conocemos.
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Albert Mondego.
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Un hombre.