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¿Quién ha sido?
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¡Dímelo!
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¡Hermolao!
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No encontrarás a otro
tan devoto como yo.
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La conjura perturbó
profundamente a Alejandro.
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No sólo por la implicación
de los jóvenes pajes
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que habían compartido
su sueño,
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sino que,
y en un sentido más íntimo,
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implicaba a Filotas,
compañero suyo de la infancia,
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y que era Capitán
de la Guardia Real de Alejandro.
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Recuérdame por quien soy.
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Y te recuerdo, pero no como
tú te recuerdas a ti mismo.
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Y nos parece que el verdadero
clima de tu alma es la ambición.
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¡No!
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Ninguno defendió a Filotas.
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¡Yo no lo hice!
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Por otra parte,
a ninguno nos gustó nunca.
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Y, por supuesto, nos repartimos
sus poderes entre nosotros.
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Antes de morir,
le torturamos para averiguar
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qué sabía su padre,
Parmenión,
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pero nunca lo supimos.
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¿Qué hacer con Parmenión
y sus 20.000 tropas
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que protegían las líneas
de abastecimiento?
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Eso era un asunto
más delicado.
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¿Era inocente
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o había decidido actuar
antes de que su edad
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mermara aún más su poder?
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Estarán divididos.
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Los hombres seguirán a su rey.
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Alejandro no estará allí.
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Alejandro debía obrar
por necesidad.