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Sal.
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Le echaron sal a la calle.
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Estoy en una calle
a la que le echaron sal.
:49:11
Dios me libre.
Estoy en medio de la calle.
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Voy a terminar mal.
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Brandt, querido mío.
Es la tercera vez que salimos, ¿no?
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La quinta.
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¿Qué mierda le pasa a ese maloliente?
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Si vienes a pedirme otro turno,
te aviso que no me quedan.
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Quiero decirles algo.
Sé que empecé con el pie izquierdo,
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pero pasar cinco días
encerrado ahí dentro...
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cambia a cualquiera.
:49:49
Sí. Ya se ve.
:49:50
- ¿Me dejas hablar?
- Déjalo terminar.
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- Si no, no se va más.
- Gracias.
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No podemos dejar
que nos sigan tratando así.
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Admito que me he portado
como un imbécil.
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Quise hacerme pasar
por alguien que no soy, y me equivoqué.
:50:04
Eso se aprende en cuarto grado,
pero continúa.
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Aprendí un par de cosas,
y quiero compartirlas con ustedes.
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En primer lugar, que se puede sobrevivir
comiendo restos de basura...
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durante cinco largos días.
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Eso también lo aprendimos en cuarto.
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Y no tenemos por qué
dejarnos doblegar por los ricachones.
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Una pregunta: ¿qué es doblegar?
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- Son estúpidos en serio.
- Que te mandoneen, tarado.
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Lo que nos hacen los ricachones.
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Doblegar.
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Un momento.
No podemos permitírselo.
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Claro que no.
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Le haré un tajo
al próximo que me doblegue.
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Me refiero a que debemos recuperar
lo que le pertenece a Escorialandia.
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Me huele a que tú
ya pusiste manos a la obra.
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Me refiero a la montaña,
al honor y a la dignidad.
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¿Honor y dignidad?
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¿En cinco días,
eso fue lo único que se te ocurrió?
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El maloliente tiene razón. Debemos
recuperar lo nuestro, incluyendo a Casey,