:47:03
- ¿No podemos estar solos?
- Órdenes son órdenes.
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Alfred, querido...
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...¿qué te han hecho?
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No importa, querida.
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Si tan sólo pudieras decirme
quién es el verdadero traidor.
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No lo sé. No tengo
la más mínima idea.
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Es una pesadilla.
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- Increíble.
- Ten valor.
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No descansaré, dedicaré
mi vida a probar tu inocencia.
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Tengo la conciencia tranquila.
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No me importa lo que me hagan.
Sobreviviré y lo probaré.
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Sí.
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Debes.
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Por tus hijos.
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¿Cómo están los pequeños?
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- No les habrás dicho...
- No.
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Les dije que fuiste a cumplir
con tu deber.
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¡El deber! ¡El deber!
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Alfred.
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- Se acabó el tiempo.
- Sólo un minuto más.
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- Lo siento.
- Déjeme acercarme a él.
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Déjeme abrazarlo. Tocarlo.
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- Déjeme despedirme de mi esposo.
- No.
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¿No está usted casado?
¿No tiene esposa?
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- Se acabó el tiempo.
- ¡No puede separarnos así!
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- ¡Alfred, querido, no los dejes!
- Querida, no me lo hagas más difícil.
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Mientras nos tengamos el uno al otro,
y a los niños...
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...quizá volvamos
a ser felices como antes.
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Te amo.
:48:38
Te amo.
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- Aquí tiene sus cosas. Andando.
- ¿Adónde voy?
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OCÉANO
ATLÁNTICO
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ISLA
DEL DIABLO