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¡Silencio, muchachos!
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Quiero saber una sola cosa.
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El resto es para la policía.
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Un momento. No entregue al muchacho.
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Whitey, ven aquí y dile.
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Déjelo ir. Vamos, Whitey, cuenta todo.
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No pude decirle nada antes.
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No tuve que ver con el asalto al banco.
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No pude decírselo
porque traicionaría a mi hermano.
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No vine aquí para acusar.
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Vine a decirle a Joe que no iba a ver
a la Ciudad de los Niños destruida.
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Vine para eso.
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Le dije que no lo iba a abandonar, Padre.
Es todo.
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Le dije que volvía con usted
para decirle la verdad.
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Pero esos otros dos tipos
me retuvieron aquí, sin dejarme ir.
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Silencio.
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Es la verdad sobre lo de esta noche.
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En la Ciudad de los Niños me porté
mal, pero ésta es la verdad, Padre.
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No podía delatar a mi hermano.
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Eddie, cierre los ojos.
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Ahora ábralos de nuevo.
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Esta mano está paralizada
de tanto firmar cartas certificadas.
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$50.000.
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Y mire qué color: Nada de rojo.
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Usted gana.
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¿Cuánto costaría construir un dormitorio
para 500 muchachos?
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Un cuarto de millón de dólares.
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Ven, siéntate.
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Muchachos, tengo una cosa increíble
para decirles.
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En medio de nosotros hay un muchacho
que ha rehusado actuar como oficial aquí.
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Esto es reprobable.
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Es notoriamente tímido y modesto.
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Pero...
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no hay excusa para rechazar el deber
cuando la Ciudad de los Niños Ilama.
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El actual alcalde, Tony Ponessa...
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y el resto de los candidatos están
de acuerdo conmigo.
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Ningún muchacho puede soslayar
el llamado del deber.