:20:00
No tiene que ser así, puede ser un
atropello o caerse por la ventana.
:20:04
Cualquier cosa con
tal de enterrarle.
:20:06
-¿Está usted loco?
-No tanto.
:20:10
-Adiós, señora Dietrison.
-¿Qué le ocurre?
:20:15
Nena, no lo conseguirá.
:20:19
Quiere cargárselo, ¿verdad?
:20:20
-Dice atrocidades.
-¿Por quién me ha tomado?
:20:23
¿Por uno que ve a una mujer
guapa y le dice...
:20:25
"Buenos días, aseguro
a esposos"?
:20:27
¿Se ha cansado de él? ¿Le
gustaría enriquecerse a su costa?
:20:30
Sonríame y a cobrar. ¡Me
toma por tonto!
:20:34
Es un canalla.
:20:36
Usted es genial, no
siendo su esposo.
:20:38
-Largo de aquí.
-Por supuesto, nena.
:20:41
Inmediatamente.
:20:53
Le hablé muy claramente.
No consiguió engañarme.
:20:58
Tenía en la mano un
hierro candente...
:20:59
...y debía soltarlo antes
de quemarme.
:21:02
Fui a beber una cerveza.
Me apetecía.
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Quería quitarme el mal sabor
de boca que me dejó el té...
:21:09
...y toda aquella historia.
:21:12
Entré en una bolera de la
tercera oeste para distraerme...
:21:15
...y olvidarme durante
un rato de todo.
:21:21
No me apetecía ir a cenar,
ni ir al cine.
:21:24
Regresé a casa. Aparqué el
coche. Y subí a mi piso.
:21:30
Se puso a llover y observé
el atardecer con la luz apagada.
:21:35
No me tranquilizó.
:21:37
Me sentía turbado, incapaz
de soltar el hierro candente.
:21:42
Me di cuenta de que no me
había liberado.
:21:45
El anzuelo era muy grande...
:21:48
...y yo seguía pensando en ella.
:21:50
Era sólo el principio.
:21:53
A las ocho llamaron al timbre
y supe enseguida quién era.
:21:57
Como si fuera lo más
natural del mundo.