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La casa invita.
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Pero vete de San Miguel, ¿vale?
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- ¿Adónde lleva esto?
- Al balcón.
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- ¿Porqué vas allí? ¡Hey!
- Uh...
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Por echar un vistazo. Las cosas
parecen distintas desde lo alto.
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Pero no hay nada ahí arriba.
Anda y lárgate.
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- ¿Quiénes son?
- Hm. Bandidos.
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Bandidos y contrabandistas.
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Vienen de Texas, cruzan la frontera
para hacerse con armas y licor.
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Aquí cuestan menos. Regresan
y se lo venden a los indios.
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Cualquier pueblo que vende
armas y licor acaba rico.
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El pueblo no.
Sólo los que compran y venden.
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Los jefazos son los que se lo llevan.
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Bueno, alguien tiene que dirigir esto.
Todo pueblo tiene un jefe.
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Cierto, pero cuando hay dos,
yo diría que uno sobra.
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¿Dos jefes? Muy interesante.
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Tú lo has dicho. Los Rojo,
tres hermanos que venden licor.
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Y luego están los Baxter,
grandes comerciantes de armas.
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Y si no me equivoco, ya diste
con la banda de los Baxter, ¿no?.
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- Sí, nos encontramos.
- Pues tuviste suerte.
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Por lo general no se limitan
a disparar al mulo.
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Un hombre sale y mira a su alrededor,
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Juan de Dios toca la campana,
Piripero vende otro ataúd.
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Dos jefes.
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Han reclutado a toda la escoria
que pulula por la frontera.
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Y pagan en dólares.
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Los Baxter por allí.
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Los Rojo por allá.
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- Y yo en todo el medio.
- ¿Donde tú te dedicas a...?