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Presión.
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No, excelencia, no contéis con mi ayuda.
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Entonces, buenas noches, maestro Moro.
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Que la dinastía muera con Enrique Vlll
y volveremos a tener guerras dinásticas.
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Nobles sedientos de poder
arrasando el país.
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¿Es eso lo que queréis? Muy bien.
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Inglaterra necesita un heredero.
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Ciertas medidas, quizá lamentables,
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quizá no, en la Iglesia hay muchas cosas
que requieren una reforma, Thomas.
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Ya sé que es lamentable,
pero es necesario para lograr un heredero.
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Explicadme como vos, un consejero de
Inglaterra, podéis obstruir estas medidas...
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para tranquilizar vuestra conciencia.
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Creo que cuando los hombres de estado
se olvidan de su propia conciencia...
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y anteponen sus deberes públicos,
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conducen a su patria
por el camino más corto hacia el caos.
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Entonces únicamente confíe en la oración.
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Como os gustaría, ¿verdad?
¿Gobernar el país con la oración?
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Sí, mucho.
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Y a mí estar allí cuando lo intentaseis.
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¿Quién llevará esto después de mí?
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¿Quién me sucederá como canciller?
¿Vos? ¿Fisher? ¿Suffolk?
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- Por mí, Fisher.
- Pero, ¿y por el rey?
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¿Qué os parece mi secretario,
el maestro Cromwell?
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Cromwell. Es un hombre muy capaz.
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¿Pero?
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Antes que Cromwell, yo.
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En ese caso, descended a la tierra.
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Hasta entonces...