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apestoso cubierto.
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No apestaba.
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Apestoso, obsceno y repugnante,
lo odio. ¡Lo odio!
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- ¡Basta, Gilberto!
...sucio, asqueroso...
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¡Gilberto!
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Buenas noches, señores,
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soy el gerente y acabo de enterarme
de lo ocurrido.
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- ¿Puedo sentarme?
- Sí, claro.
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Les ofrezco mis disculpas, humildes,
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profundas y sinceras por el tenedor.
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Vamos, era sólo una mancha.
Casi invisible.
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¡Qué buenos son ustedes!
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Pero yo la veo.
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Para mí es como
un gran cuenco de pus.
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No es para tanto.
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¡No! A mí me afecta.
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No hay excusa.
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No hay excusa.
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Quería dedicarle más tiempo
al restaurante,
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pero he estado malo
y las cosas van mal.
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La Sra. Dalrymple,
la de las ensaladas,
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casi no puede mover los dedos.
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Y está la herida de guerra
de Gilberto.
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Pero son buena gente,
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buena gente,
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y juntos vamos superando
este mal momento.
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Había luz al final del túnel,
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y ahora esto...
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esto...
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- ¿Un poco de agua?
- ¡Es el fin!
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- ¡Bastardos!
- ¿Se refiere a nosotros?
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¡Bastardos canallas sin corazón!
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¡Lo que le han hecho!
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¡Se ha matado para convertir
esto en lo que es,
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y le vienen con sus
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mezquinas nimiedades,
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y lo hunden en el barro!
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¡Un hombre honorable