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Estamos viendo
a la maravillosa Cathleen Nesbitt.
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La compañía de seguros
no quería que trabajásemos con ella,
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porque tenía más de ochenta años
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y estaba muy frágil, muy mal de salud.
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Nosotros insistimos
en que actuase en la película.
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Todo lo suyo se tuvo que hacer
en tres días.
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Nos preocupaba mucho
hacerla trabajar demasiadas horas,
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o que se cansara demasiado
y no pudiese terminar su interpretación.
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Resultó que tenía más energía que nadie.
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El último día, cocinó
unos espaguetis para todo el equipo
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e hizo una gran fiesta.
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Recuerdo que yo me fui a las 11:30 ó
12:00, porque rodábamos al día siguiente,
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y vi que todos estaban cansados, con ganas
de irse, pero ella seguía animadísima.
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A sus 87 años, dijo que nunca
se lo había pasado tan bien,
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y estuvo maravillosa en la película.
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Cuando empezamos a documentarnos con
el departamento de narcóticos francés,
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teníamos a un ayudante de dirección,
un tipo enorme de casi dos metros,
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y, mientras nos enseñaban imágenes
de tíos pinchándose y ese tipo de cosas,
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de pronto se desmayó,
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se cayó de la silla, se dio
con la cabeza en el suelo de mármol,
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y tuvo una pequeña conmoción. Para
que vean lo duras que eran las imágenes.
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Pero creo que nos ayudaron mucho,
porque mostraban la realidad.