:22:21
¡Ah, Mozart tiene algo!
:22:24
Bueno, creo que estás
respondiendo a su música.
:22:27
Oh, ¿podría tener cuidado?
¿Por qué no tiene cuidado?
:22:32
Creo... Creo...
:22:34
Creo que el vestíbulo de...
:22:38
Creo que el vestíbulo de la ópera de...
:22:43
San Petersburgo
es de los más bellos de Europa.
:22:49
¿Quién es ese atractivo
y misterioso soldado?
:22:52
Boris Grushenko.
:22:53
Disculpe.
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- Le he metido mano.
- Tiene una cara muy sensible.
:22:58
Es la parte de mí que se ve.
:23:00
Grushenko. ¿No es el joven cobarde
del que habla todo San Petersburgo?
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- No tan joven. Tengo 35 años.
- ¿El que teme tanto por su seguridad
:23:07
que no quiere defender a su país?
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Está de mal humor.
¿No le gusta su palco?
:23:12
Debe visitarme a la hora del té. Seguro
que tenemos mucho de que hablar.
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De acuerdo. Yo llevo el té.
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Podemos pasar revista
a sus zonas erógenas.
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- ¿Y qué hay del alma en pena?
- ¡Siempre me insultas en público!
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Si se atreve a acercarse a la condesa,
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me encargaré de que
no vuelva a ver la luz del día.
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¡Si eso me lo dijera
un hombre, le partiría la cara!
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- Yo soy un hombre.
- Bueno... Quiero decir
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un hombre mucho más bajo.
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¡Boris! ¡Boris Dimitrovitch!
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¡Sonja!
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Mírate. Qué guapo estás de uniforme.
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La ropa me queda siempre perfecta.
Talla 28 enana.
:23:53
Y tú, Sonja, estás más bella aquí
ante mí de lo que eres en persona.
:23:57
- Oh, Boris, qué infeliz soy.
- Ojalá no lo fueses.