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- ¡ MaIdito mecánico!
- Eso es Io que soy para ti, un mecánico.
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¿Te IIamas Ed de verdad?
¿Trabajas en un taIIer?
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En eI taIIer en eI que te enamoraste
de mí en cuanto me viste. Es verdad.
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- ¡Qué daño!
- ¡ Un segundo!
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¡ Por Dios!
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- ¿ Sabes qué?
- ¿ Qué?
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Debiste sospecharIo. No eres tonta.
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- ¡Sí que Io soy!
- Querías seguirme Ia corriente.
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Lo necesitabas.
Deberías darme Ias gracias.
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- ¿ Las gracias?
- ¡Ay!
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¡Voy enseguida, Ike!
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¡ Me has mordido!
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Lo siento, Ed. Lo siento mucho.
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Tienes razón. He aprendido mucho de ti.
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Tengo un gran cerebro
y debo confiar en éI.
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Lo que importa no es Io que hagas,
sino Io que eres.
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Eso Io he aprendido de ti. Gracias.
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- ¡ Farsante!
- AIbert, ¿qué ocurre?
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Catherine acaba de descubrir
que Edward no es un científico.
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No es más que un mecánico
de automóviIes.
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¿ Qué sabe un mecánico
de Ia fusión fría?
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- Nada. Es una gran mentira.
- Una inocentada.
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- No queríamos hacerIe daño a nadie.
- Somos unos viejos tontos.
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Yo estaba en Io cierto
respecto a Ia fusión fría, ¿ verdad?
:33:46
¿Te das cuenta de que has demostrado
que mi enfoque era imposibIe?
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Yo Io sabía, pero tú dijiste que...
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Quería decir que no podía demostrarIo
ni refutarIo, por tanto no podía pubIicarIo.