:09:22
¡No puede ser tan grande!
:09:59
Espero que no sepa que hay
sólo un hombre contra él...
:10:03
...un anciano.
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Debo convencerlo de mi fuerza.
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Convencí a otros, en otro tiempo,
en aquella taberna en Casablanca...
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Cuando jugué a la "mano de hierro"
con aquel negro grande,
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que era el hombre
más fuerte del puerto.
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Nos enfrentamos cara a cara
un día y una noche...
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Nuestros antebrazos levantados y
nuestras manos agarradas una con otra.
:10:30
Cada uno de nosotros trataba de aplastar
la mano del otro sobre la mesa.
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Paris iba a buen paso.
:10:41
Las apuestas
no cesaban,
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a la luz de las lámparas de petróleo.
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Once horas y continuamos.
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Los árbitros se cambiaban
cada cuatro horas...
:10:57
...con el fin de que pudieran dormir.