:55:01
Pero se lo digo
yo y se lo dirán
:55:03
todos los comerciantes
que no estaban en el edificio
:55:06
y que estaban comprando
oro y plata,
:55:09
que cuando eso pasó,
lo primero que pensamos fue:
:55:13
"¿Cuánto subió el oro?".
:55:16
Lo primero que pensé
fue que el oro había explotado.
:55:21
Todos nuestros clientes
tenían invertido en oro
:55:25
y cuando subió,
duplicaron su dinero.
:55:28
Todos duplicaron su dinero.
:55:30
Fue una bendición disfrazada.
:55:33
Devastador,
:55:35
espantoso, catastrófico,
:55:38
pero financieramente,
mis clientes ganaron dinero.
:55:43
Yo no buscaba
este tipo de ayuda,
:55:49
pero pasó.
:55:50
Cuando bombardeamos
Iraq en 1991,
:55:55
el precio del petróleo se
disparó de $13 a $40 el barril.
:56:02
Queríamos ver caer bombas
sobre Sadam Hussein.
:56:11
Estábamos emocionados,
:56:12
queríamos que Sadam
causara problemas,
:56:15
que hiciera desastres,
que incendiara más pozos,
:56:18
porque el precio subiría más.
:56:20
Todos los corredores
lo deseaban.
:56:22
No conozco a uno
que no estuviera emocionado.
:56:28
Esto era un desastre, una
catástrofe: bombas, guerras...
:56:35
En la devastación
hay oportunidad.
:56:42
Buscar ganancias
no es nada nuevo,
:56:45
pero en otra época
:56:46
muchas cosas se veían
tan sagradas o esenciales
:56:49
para el bien del público
:56:50
que no se consideraban
oportunidades de negocios.
:56:54
Las protegían la tradición
y las regulaciones públicas.