:43:01
De adolescente,
mi mejor amigo se llamaba Samyl.
:43:04
Era un príncipe camboyano cuyo padre
murió en circunstancias sospechosas.
:43:10
Se rumoreaba que
lo había envenenado un adversario.
:43:12
Mi amigo pasó su infancia
con el séquito de su tía, la reina.
:43:16
Y los sábados,
en mi casita de las afueras,
:43:19
desataba mi imaginación con sus
relatos acerca de la caza del tigre
:43:22
montados en elefantes.
:43:24
Estas cacerías eran muy habituales,
incluso inevitables,
:43:27
puesto que se hacían en honor
de cualquier visita de alto rango.
:43:30
Seguían siendo frecuente
en los años 60.
:43:32
Y para la puesta en escena,
me inspiré en numerosos documentos,
:43:35
grabados, miniaturas indias
o fotografías más recientes
:43:39
y sobre todo, en la célebre cacería
organizada por la reina Isabel
:43:43
en la India, además de uno
de mis consejeros técnicos,
:43:46
actual director del Parque Nacional
de Ranthambore en Rajastán,
:43:49
donde fui a ver a los tigres en
libertad antes de escribir el guión.
:43:55
Por entonces, hay que reconocer que
había cientos de miles de tigres
:43:59
en Indochina.
Y que hoy en día, por desgracia,
:44:02
según los más optimistas, sólo
quedarán unos 600 ó 700 ejemplares.
:44:09
La batida, como en Europa,
era la forma más frecuente
:44:13
de caza mayor.
:44:17
Para conseguir la reacción deseada
en la cría de tigre,
:44:21
cada vez más agotada y desalentada,
:44:22
tuvimos que pasarnos todo el día
jugando a correr con él.
:44:27
Y al ir a rodar esta escena,
prevista para el mediodía,
:44:30
como hemos dicho y como podemos ver,
apenas se tenía en pie.
:44:35
Los elefantes que utilizamos
procedían de una cuadra
:44:38
que existía desde hacía tiempo
a dos pasos del templo de Angkor
:44:42
prevista para pasear a los turistas
por tan exóticos parajes.
:44:46
Nuestros elefantes vinieron a pie,
vamos a pata,
:44:48
en un trayecto de unos cinco días
hasta la meseta de Kulen
:44:52
donde se rodó esta escena.
:44:56
De nuevo, tenemos a la verdadera
tigresa con un muñeco en la boca