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- Louis dice que eres cocinero.
- Sí, sé cocinar.
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¿Me ayudas?
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Pon esas ahí.
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No, no las laves, no.
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Empezará a oler mal.
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¿Y por qué ponerla en el fregadero?
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Porque si se derrama el jugo...
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...toda la cocina olerá a orina.
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Quítale la grasa.
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Déjame ver tus manos.
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Demasiado grandes para
un buen cocinero.
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Ese es mi problema también...
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Sería un maestro de cocina pero
tengo manos de carnicero como tú.
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Somos hombres fatales.
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Manos de carniceros,
almas tiernas.
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Son muy amargos
para comérselos.
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Pélalos y pícalos,
hiérvelos en azúcar...
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...y verás cuán bien saben.
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- Llámame Papá.
- No puedo hacerlo.
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- ¿No?
- Ya tengo un Papá.
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¿Le eres devoto?
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Estoy aquí por lo
sucedido en Beirut.
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Tu padre debe estar
orgulloso de su hijo.
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Recogemos un poco,
dejamos madurar el resto.
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Hay mucha gente que alimentar.
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Pero son su familia,
tiene que alimentarlos.
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Sí.
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- No trabajamos con gobiernos.
- Louis me lo dijo.
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¿Pero hiciste lo que hiciste porque
tienes que alimentar tu familia?