Munich es una película del año
2005 dirigida por
Steven Spielberg y escrita por
Tony Kushner y
Eric Roth. Se trata de un
thriller en el que el director se plantea cuestiones éticas y prácticas en relación con las políticas represivas que adopta el estado de
Israel ante el
terrorismo. Este planteamiento se hace tanto más autorizado debido a la condición reconocida de judío de Spielberg. Un acontecimiento reprobable, como es el asesinato de los atletas israelíes en la Olimpiada, parece en un primer momento dar fuerza moral a las medidas que decide tomar el estado de Israel. Sin embargo, poco a poco Spielberg nos va mostrando que la realidad tiene muchas aristas, y que para acabar con los terroristas hay que convertirse a su vez en terroristas, recurrir a las mismas fuentes de información que los terroristas y matar a gente inocente. La relación de los asesinados por el comando con los hechos de Munich es bastante evidente en algunos casos, presunta en otros y meramente
intelectual en otros. En cualquier caso, el argumento final acaba siendo el mismo que utilizan los que asesinan a los israelíes por el hecho de serlo: si trabajan, colaboran o simpatizan con la
OLP están mejor muertos que vivos. La imagen final, en la que
Avner aparece con las ahora destruidas
torres gemelas al fondo nos hace recordar que estas políticas agresivas y de
firmeza ante el terrorismo islámico no han impedido la escalada de violencia.