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-Échate a un lado. ¡Venga!
-Ya lo hago.
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Es culpa suya.
Si estuviese más tranquila...
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-¿Qué dices?
-No te pongas nerviosa. Cálmate.
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¡Mira, si no te gusta,
ponte tú en mi lugar!
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-No te enfades, mujer.
-¡Déjame!
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Increíble.
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-Pero ¿qué pasa aquí?
-Nada, no es grave.
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-Está nerviosa.
-Bueno, pues subo.
1:01:38
Déjame.
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Ahora que se ha estropeado todo,
que al menos pueda llorar.
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¡Si pudiera llorar de una vez!
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Escucha, seguramente
le habrán retenido.
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-¿Quieres que le llame?
-No.
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Si no está aquí, en casa no está.
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Hazme un favor, baja
y diles que no me encuentro bien,
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que tengo una indigestión.
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Ha llegado.
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-¿Cómo?
-¿Quién, Edmond?
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-¿Seguro que es él?
-¿Quién más va a ser?
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¡Es él, ven!
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-Verá que he llorado.
-Pues lávate la cara. Venga.
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Se merece que no baje.
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Dile que estoy enferma.
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Buena idea.
Métete en la cama, así subirá.
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Os dejamos solos. Será encantador.
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-Bajad a atenderle.
-Ven tú también.
1:02:50
¡Edmond!
1:02:52
¡Por fin has llegado!
1:02:53
La próxima semana tengo un pleito
en Narbonne y debía remitir papeles.
1:02:57
¿Conoces a Lise,
la hermana de Sabine?
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-Hola.
-Sabine está en su cuarto. Ya baja.