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Comiencen otra vez.
¡En cada rango, ya!
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¡Saca las condenadas manos
del bolsillo, soldado!
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¡lzquierda, derecha, izquierda!
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Miren al Príncipe Carlos,
el Pretendiente. ¿Eres un caballero?
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¿Eres un diputado o algo así?
¿Eres el condenado príncipe de Africa?
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¡No me mires a mí! ¡Mira adelante!
¡Te haré añicos, muchacho!
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Los irlandeses no se distinguen
por su afecto hacia la gente de color.
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¿Qué pasa con los uniformes?
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Ninguna respuesta todavía.
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¿Los ritles?
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Ocúpate.
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Querida madre:
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Los hombres aprenden rápidamente, más
pronto que las tropas de blancos, creo.
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Están serios y tranquilos
durante la instrucción...
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y se contienen.
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Pero cuando se los dispensa
de la práctica...
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cada lengua se relaja...
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y cada diente de marfil es visible.
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Por los sonidos, uno no sabría
que éste es un campamento militar.
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Deben haber aprendido esto de largas
horas de trabajo vacío e inhumano.
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Liberar sus mentes
tan rápidamente...
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les brinda gran energía
y no hay ninguna duda...
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de que dejaremos el estado como
un regimiento tan bueno como cualquiera.
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Como siempre, tu hijo, Robert.
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Lo han hecho.
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Reúne a los hombres.
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¡Atención!